Leé la nota de opinión de Nahuel Navarro sobre “impuesto a las grandes fortunas”.
Argentina hoy tiene que hacer un inmenso esfuerzo de reconstrucción nacional y para esto tenemos que ser realmente responsables en esta discusión para hacerle frente: Cómo encarar esa reconstrucción, si los sectores vulnerables y productivos, que ya están golpeados por la pandemia y el aislamiento desde el inicio tienen que cubrirla, o las grandes fortunas tienen que hacer ahora parte de ese esfuerzo.
Desde luego que esto no es algo fácil de hacer, nos hemos enfrentado siempre a grandes debates cuando surgen estas iniciativas de impuestos extraordinarios luego de grandes períodos de crisis. Pero hoy el debate no tiene que ser el quién, sino el PARA QUÈ.
¿Para qué?
Este para qué tiene que estar enfocado principalmente en ese sector de la población que hoy vive con angustia, que hoy vive con la incertidumbre de no saber si al salir del aislamiento o al superar la pandemia va a tener la posibilidad de seguir pagando el alquiler, la obra social o la escuela de sus hijos, para ellos tiene que ser el real esfuerzo que el 2% de los argentinos más ricos tiene que hacer ahora.
Porque bajo este período crítico de la pandemia en el que nos encontramos como país, en el que no sabemos cómo vamos a salir de esta o si van a haber rebrotes tenemos que asegurar a los trabajadores que los vamos a cuidar como conjunto de la ciudadanía, que podrán volver a acudir a sus puestos de trabajo cuando todo pase.
Por eso es sumamente necesario que podamos crear consensos, seguros, en bases firmes para lograr esta reconstrucción.
Y esto realmente es debatir una cuestión de libertades para el conjunto de la ciudadanía, porque no es libre quien vive bajo el miedo de no saber qué va a pasar mañana, de no saber si va a poder pagar los servicios esenciales, o seguir con su vida normalmente. La libertad que otorga el dinero no es libertar, es privilegio. Y la salud, la educación y el trabajo no pueden ser privilegios de nadie.
En un cálculo de números hoy nos indican que el impuesto a las grandes fortunas alcanzaría sólo a 0,08% de la población según datos del INDEC, y esto es importante, porque ahora la lucha es contra un virus potencialmente mortal, del que no sabíamos nada antes, pero nosotros de crisis sí que sabemos, y más aún sabemos quién las paga.
Hoy como joven, como profe que va a tener la posta de enseñar sobre esta crisis a las futuras generaciones que no esquivan la lucha por la desigualdad, el sentido de distribución justa de la riqueza en momentos de incertidumbre generalizada, espero que podamos demostrar que de esta aprendimos, que no somos un país que se une sólo cuando siente miedo, y que somos responsables para dar debates tanto de lo económico como de lo social. Pero que por sobre todas las cosas somos capaces de cuidar y acompañar a los golpeados por la crisis, por ese país que soñamos más justo después de la tormenta.
